
Se susurran al oido...pero porque la voz cascada ya no emite mas sonido...
Ella le tiende la mano, y asi él puede abandonar el banco de la plaza.
Arruguitas en los ojos...
En las manos...
Seguramente tambien en el alma...
El sol brillaba entre las hojas, y ellos, de la mano, siguen su camino...
Recorren despacito, muy despacito los caminos, hasta perderse...
Quien sabe hasta cuando.
Yo, los vi juntos esta mañana.
Esto es muuuuuuuy lindo!!!
ResponderEliminarMucho me conmueve que sea sensible a la ancianidad. Y el AMOR en la ancianidad es el más genuino!